La palabra pequeña es el corazón de mi blog. Esas palabras que son como las flores silvestres,tan cotidianas y tan increíbles en su sencillez que solemos creer que es imposible con ellas armar ramos espectaculares sin recurrir a sinónimos más ilustres .Y yo quiero aquí reinvindicarlas recuperando esa gracia auténtica que tienen las diminutas cosas esenciales. ( Protegidas por derecho de autor y publicadas)
sábado, 7 de diciembre de 2013
Esta historia se basa en una persona real que,creo,nunca se propuso ganarle al càncer.Fue una persona que podrìa decirse complicada y que estaba precedida de una gran sombra a donde iba.Yo no lleguè a conocerlo bien,pero sì a estimarlo màs allà de su tragedia personal.Me doliò su muerte y me enojò su actitud.Este es un mundo muy cruel pero no lo serìa tanto sin nuestra colaboraciòn.Somos incapaces de perdonar al otro lo que èl mismo no puede ni quiere perdonarse.Y no vemos que en este acto en que nos convertimos jueces implacables la redenciòn que el otro ha rechazado nos hace menos dignos de redenciòn.
Borny,el resistente
En memoria de Borny
Otra vez me habìa despertado con esa sensasiòn amarga desde los huesos.Sentìa que se convertìan en polvo desde el dolor.
Frente a la taza con agua limonada aparecìa Borny.La silla que ocupara alguna vez era un fenòmeno manifiesto de su presencia fìsica,de su cierta presencia pasajera.Proseguìa desconcertàndome la tan clara evidencia de la vida por su negaciòn,la muerte.
Borny,tomado desde la espalda,casi a traiciòn si no mediara la larga lista de señales que dejò pasar frente a sus cinco sentidos como si el superticioso ritual de no mencionar el nombre de algo o de alguien evitarìa su apariciòn indeseada.
Tal vez por temerle màs al poder de la palabra que al desafìo mismo,tal vez porque luchara contra cualquier triunfo de la intuiciòn a diferencia de su otro gènero.La imposibilidad fàctica de pensarlo desde ese otro lado,tan siquiera de intentar hacerlo,algo para lo cual estaba y se reconocìa completamente discapacitado pero no se restaba mèrito por ello sino todo lo contrario.Se sabìa afortunado de estar desposeìdo de tal capacidad innecesaria e inconveniente que sòlo podìa acarrear màs desesperaciòn e impotencia que ventaja o beneficio.Si bien lo habìa intentado con la limitada cuota de imaginaciòn que se permitìa,control que màs que atribuirlo a la fuerza de la testosterona en el torrente sanguìneo lo consideraba efecto secundario de la inteligencia masculina desprovista de esos mecanismos que resguardan la fragilidad de las sinapsis femeninas.
Si bien lo habìa intentado.Para èl los milagros eran producto de la fantasìa del otro gènero,tan endeble bajo los efectos de una quìmica explosiva revolvièndole los humores,efervescièndose en las venas,envenenando las ideas y destruyendo los pensamientos màs acertados.
Sòlo podìa dejar espacio a un sentimiento compasivo cuando la pociòn de recuerdos maternales surgìa atemperante desde algùn recòndito tesoro escondido por la memoria para preservar intacto lo que màs se precisa a la hora indicada,la de la tragedia que nos espera en cualquier punto del camino.
Nadie puede escapar de su porciòn de desgracia o dicha.Y este tesoro actùa como reserva extra de cordura frìa o tònico para la fortaleza.Quièn no ha caìdo alguna vez en la debilidad del sentimentalismo para crear el suficiente antìdoto contra la otra cara del espejo que suele acumular tanta toxicidad emotiva,tanta sensiblerìa despiadada que fluctùa desde el loco amor desbordado a la crueldad voraz que bien nos equipara al corazòn de una mantis o una viuda negra.Indudablemente su vida habìa empezado bien dotàndolo como varòn y evitàndole estas clases de males que transforman cualquier niña en mujer, demostrando la ausencia de una justicia o juicio divino que venga a remediar o librar al ser humano de los presagios signados desde su ADN.Pensaba.
Sin embargo,esa desconfiada mirada hacia lo desconocido que caracteriza a la raza humana no exceptuaba la naturaleza del òvulo que ningùn respeto sagrado le inspiraba hasta no convertirse en huevo fecundado.Borny no era la excepciòn dentro del pensamiento del hombre cotidiano sino màs bien un sitio màs concentrado en la generalidad pero igualmente representativo."Nunca entenderemos a la mujer -afirmaba.Es un misterio cuànta importancia le dan a las palabras que van acompañadas de avales gestuales y què poca atenciòn ponen en los hechos que las contradicen".
Por esta y otras cuestiones "antropològicas" el hombre antepone aquella mirada desvalorizante al vasto mundo femenino como si fuera a caer en un submundo caòtico,azaroso,sin leyes fìsicas de donde tomarse en el intento insano de aventurarse a la exploraciòn màs allà de lo percibido.Con el terror de Dante ante la espiral infernal o del hèroe que se interna en el laberinto del minotauro.Locos laberintos nacidos de la profanaciòn racional que en cada giro sueltan un resorte del sillòn que amortigua el peso de ser sobre la paz del sosiego.
Borny estaba sentado en la silla y me observaba con ese brillo autèntico surgido de la claridad mental del que se siente a salvo de sì mismo,de sus peores pesadillas y fantasmas.Tan seguro de sì que hasta podìa verse la manija a la cual se aferraba.Esas cosas sòlo las vemos las mujeres màs desafiantes con nosotras mismas que con el mundo.
Pero ellos tambièn pueden verlas de soslayo cuando aparcan el auto en un lugar a salvo de cualquier daño,superado el temor a la lejana tormenta o a la afilada venganza.
No se sabìa si Borny habìa nacido con ese caràcter que tan torpemente amaestraba o si lo habìa ido construyendo con los retazos buenos que sobraban porque nadie comprarìa a respetable precio como suele suceder con los restos de rollos de tela.
Donde la gente veìa un mal caràcter en una persona complicada,yo veìa un acantilado,el escudo forjado para ganar batallas a doble frente sin pasiòn alguna por considerar fùtil cualquier lid.Cuando se ha perdido al contrincante anhelado,los bastiones y estandartes pierden su encanto.
A Borny lo precedìa implacable su historia.Y cuando se debe viajar muy lejos como cuando se debe bajar al fondo para salvar el rostro,lo ùnico que se desea con afàn es la mirada de reconocimiento al regresar.La mirada querida.Sin esa mirada,¿cuàl es el sentido de portar una cara que pasarà inadvertida por cientos e irreconocible tan siquiera para los que amamos?
¿De què nos sirve el rostro en el espejo que solamente nosotros observamos con detenimiento sin la corroboraciòn de la existencia?
¿Què examen es este tan temido que incluye la certeza de ser otro en el espejo?
¿Y a dònde huir del otro que todos ven sin correr el riesgo de perderse por buscarse donde no importa ser sino tan sòlo la imagen,ese reflejo inerte que tenemos por frente y pared a la hora del desconcierto?
Amargo desconcierto para quien busca ser reflejo en la pared del otro.
Borny estaba cercado por esas paredes que inùtilmente tratò de decorar con bellìsimas fotografìas que subìa obsesivamente de internet y acumulaba en la memoria de su cyborg,tal vez buscando el asombro perdido y la existencia del milagro.
Las paredes son paredes,los espejos son espejos y nosotros nunca seremos ese rostro de perfil que nos imita y nos duplica con cada apariciòn.
La pared perfila sombras,meras proyecciones sin luz propia.
La luz se escurre dentro de nosotros,ninguna pared brilla con la luz de otro.
Borny arriaba su animal cada dìa al pastoreo sin necesidad de planteos o incòmodas preguntas.Se habìa resisitido a ese otro sin màs miramientos.
Resistiò cuanto pudo,sin otra angustia o aflicciòn que mantener abierta la ventana.ÊL sabìa que el buen sol no se niega a ninguna.Sòlo tenìa que resistir para verlo.
Pocas cosas son imprescindibles para sostener un acantilado.Ni siquiera se precisa un rostro.Porque es la luz del dìa quien lo saca de la bruma y del hostigamiento del mar crecido y le devuelve el brillo con la espuma,el calor con la playa arenosa y el vuelo de las aves que anidan.
Borny habìa decidido còmo y cuàndo irse a la hora justa en que nadie se extrañarìa de su ausencia.Yo lo admirè por eso.Y por ese ahinco de persistir en las pequeñas cosas construidas con sus manos.Y por el dolor que se reservò para sì mismo y quiso evitarle a sus hijos.
Se fue como vino,decidido a resistir.
Ningùn rostro permanece fiel al espejo màs allà del desconcierto y el enigma.
Sòlo aquella ìnfima parte del brillo que no resplandeciò y fue sorbida, lo antecede al paìs de las sombras.Y hacia la eterna noche viaja la luz escondida en cada resisitente para abrirse paso cuando todos los brillos hayan caìdo.
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