Viaja con nosotros
como la casa a cuestas del peregrino caracol. Presencia viva bajo la sombra inerte.
Y hay una onda màs en el estanque
donde volver la mirada sin reparos
donde llenar con silencio los espacios
de las preguntas que quedaron sin respuestas
en los sagrados volùmenes del hado.
A travès de las puertas espejadas
serpentea inmòvil el rìo de los sueños
su ancha estela de lunas reflejadas,
despertando al oro en la hojarasca,
el fuego de todos los soles apagados.
En la alta pira de las aguas plateadas,
donde quiebra el caudal su melodìa,
derrama la pasiòn milenaria
su furor de infinitos latidos al unìsono.
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