A la sentencia de su mirada magna
sombrío cosmos
ola que calcina
presiente mi sombra la neblina
donde guarecer la lluvia a media tarde
a salvo de este sol embriagado
que se ha llevado cada gota sudada
cada línea de agua
(poema del rocío al alba)
y hasta las espinas del camino
rasgaron la seda de la brisa
con resecos lamentos de ventisca.
Sobre un manuscrito de vísceras abiertas
sacia su gula
la magia del augur funesto.
Bajo vientos etílicos
las aspas renovadas del molino
van insuflando delirios
al último álito del aire
como macabra ruleta del destino.
Desquiciada fatiga
de subir las estrellas cada noche
para apagarlas de día.
La sed descarrilada,
la plata de las charcas,
la espuma de las babas serpentinas,
el brillo torrentoso de la savia escondida...
se ha bebido.
Imagen tomada de la web;deechos a su autor. |