Nació
de la noche sin estrellas
¿a
quién le importa un vagido
condenado
al destino
entre
tantos destinos
culpables
de inocencia?
Era
un vagido vivo
inmensamente
vivo
pero
no hubo ángel de la suerte
solo
un hombre
caminando
la muerte
abriéndose
paso entre los vivos.
Un
caso diferente
de
aquellos otros casos
que
viven de otras muertes.
Lúgubre,conciente,
no
tanto de su muerte
como
sí de la vida.
Y
tan despierto en lo injusto
que
los cuervos no osaban tocarle
ni
la Parca llevarlo consigo.
Tal
vez quien pensara pensase
que
Dios es equilibrio constante
entre
dos filos
o
mansa corriente inalterable
discurriendo
los vetustos nervios
del
sistema viviente
o
acaso el eco de un corazón eclosionado
en
infinitas partes
literalmente,desangrado en estrellas...
Autora:Analía Amaya
Muy bueno
ResponderEliminarMuchas gracias @carlo´s M por pasar y dejar tu comentario.Abrazo.
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