Hay fuegos que nunca deben encenderse ni siquiera para aprender a apagarlos...
El ùnico fuego de origen divino no es el que robò Prometeo sino el que arde invisible en el centro de cada cèlula y de cada ser del universo..
Si vas a jugar con ese fuego recuerda que no te pertenece y que ningùn rayo de sol podrà reemplazarlo.Mira que el viento sòlo dispersa la chispa,no la apaga.Porque ama ver multiplicarse el fuego.
Ese fuego devorador que reduce a cenizas y huesos lo màs amado y lo màs valioso.
Por eso sabiamente un refràn arcaico te lo advierte: "No juegues con fuego"
El juego del fuego es a muerte,ningùn jugador gana.
Y todos pierden.
Foto:Daniel Sundahl
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