Ella entra en el salón de clases,en el bar del momento,en la biblioteca
,en la discoteca,alta,rutilante,casi pomposa y se vuelven todas las
cabezas.Impacta,enmudece
y abochorna.Esbelto tulipán bronceado.Espiga de sol en medio de la
noche.
Todo
parece detenerse por un instante y luego los saludos,los abrazos,los
besos llueven como papel picado en torno suyo.
¿Quién
no puede quererla así de excéntrica,encendida en luz propia y
armada de humor inspirador?
¿Quién
no celebra el ostentoso moño de raso que la corona o el broderí de
encaje en plena tarde?
Pero
no hablo de vanalidades.Ella es filosamente inteligente y danza como
una fogata en medio de una discusión prometedora.
Ella convierte una
ceremonia protocolar en una fiesta.Es de la fiesta,el centro y lo
adyacente.
¿Acaso
me equivoco?¿Acaso alguien olvida el paso perfumado de su mirada
chispeante y felina? ¿Su mano sobre el hombro o sobre el brazo compinche y cariñosa? ¿Los gestos solidarios y las palabras descaradas y oportunas? ¿Ella al rescate de nuestro yo en penas,partido o pulverizado como el hada madrina que no precisa varita?
¿Alguien
olvida el esmalte cuidado de sus uñas recorriendo las
páginas en medio del análisis literario del Quijote o el vuelo de su
mano acompañando la exposición de su punto de vista? ¿La idea
brillándole en las pupilas verdes como las mariposas de la alfalfa?
¡Las
mariposas verdes y amarillas!Tan lejanas...
¿Alguien
las extraña como yo suspendidas en la profunda contemplación del agua
encharcada durante las siestas del verano?
¿Acaso
me he quedado sola,tan lejos en la remembranza de lo perdido para
siempre que parezco un fantasma del presente evocando imágenes
sublimadas?
Aquellas bandadas numerosas fueron la cotidiana coreografía
de los veranos de mi infancia.Infaltables saltimbanquis de los patios y caminos de tierra en las décadas sesenta y setenta de estos lares.
Ahora
solo podemos encontrarlas en los márgenes de la memoria como
entonces a la vera de los senderos florecidos por la lluvia y la
dulzura de aquella luz que doraba el trigal en los atardeceres para
apagarse lentamente como un escenario ante un trágico suceso y dar
paso a otra escena potente: la luna deslumbrantemente anaranjada
ocupando todo el cielo...una de las visiones más fantásticas que
depara el ocaso a la gente citadina que desconoce el campo.Nuestra novena maravilla pampeana!
Como ella,que venía del campo a la ciudad trayéndonos su espectacular luz,esa genial personalidad que nadie olvida...
Es
a ti,Memoria a quien celebro e invoco en este escrito.Porque quiero
recuperar la magia de tus días que es la gloria de la Vida.Pues es
ahí cuando brilla la realidad bajo tus arcanos que nos restituyen el
sentido de lo que late.Y todo lo demás desaparece en un momento que
se percibe como perfecto.Casi siempre tiempo después,casi siempre
muy tarde.
Y
nos percatamos que la felicidad es un bien tangible en la evocación
de su magia.Y la energía de la evocación es el sentimiento.
Donde
no hay sentimiento,no puede haber lugar para mariposas amarillas y
verdes,ni grillos,ni lechuzas agoreras,ni sapos plebeyos ni niños
jugando a las escondidas en la alfalfa.Y sin magia,no hay caminos
felices ni castillos divertidos ni corazones valientes ni fantasmas
queridos regresando para recordarnos cómo recuperarla.
En memoria de nuestra querida Analía,compañera de estudios y amiga.
En memoria de nuestra querida Analía,compañera de estudios y amiga.
Autora: Analía Amaya
Imagen: Fotografía de la mariposa de la alfalfa tomada de la web;derechos a su autor.
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