domingo, 27 de enero de 2019

OJOS COLOR MARIPOSA






Ella entra en el salón de clases,en el bar del momento,en la biblioteca ,en la discoteca,alta,rutilante,casi pomposa y se vuelven todas las cabezas.Impacta,enmudece y abochorna.Esbelto tulipán bronceado.Espiga de sol en medio de la noche.
Todo parece detenerse por un instante y luego los saludos,los abrazos,los besos llueven como papel picado en torno suyo.
¿Quién no puede quererla así de excéntrica,encendida en luz propia y armada de humor inspirador?
¿Quién no celebra el ostentoso moño de raso que la corona o el broderí de encaje en plena tarde?
Pero no hablo de vanalidades.Ella es filosamente inteligente y danza como una fogata en medio de una discusión prometedora.
Ella convierte una ceremonia protocolar en una fiesta.Es de la fiesta,el centro y lo adyacente.
¿Acaso me equivoco?¿Acaso alguien olvida el paso perfumado de su mirada chispeante y felina? ¿Su mano sobre el hombro o sobre el brazo compinche y cariñosa? ¿Los gestos solidarios y las palabras descaradas y  oportunas? ¿Ella al rescate de nuestro yo en penas,partido o pulverizado como el hada madrina que no precisa varita?
¿Alguien olvida el  esmalte cuidado de sus uñas recorriendo las páginas en medio del análisis literario del Quijote o el vuelo de su mano acompañando la exposición de su punto de vista? ¿La idea brillándole en las pupilas verdes como las mariposas de la alfalfa?

¡Las mariposas verdes y amarillas!Tan lejanas...
¿Alguien las extraña como yo suspendidas en la profunda contemplación del agua encharcada durante las siestas del verano?
¿Acaso me he quedado sola,tan lejos en la remembranza de lo perdido para siempre que parezco un fantasma del presente evocando imágenes sublimadas?
 Aquellas bandadas numerosas fueron la cotidiana coreografía de los veranos de mi infancia.Infaltables saltimbanquis de los patios y caminos de tierra en las décadas sesenta y setenta de estos lares.
Ahora solo podemos encontrarlas en los márgenes de la memoria como entonces a la vera de los senderos florecidos por la lluvia y la dulzura de aquella luz que doraba el trigal en los atardeceres para apagarse lentamente como un escenario ante un trágico suceso y dar paso a otra escena potente: la luna deslumbrantemente anaranjada ocupando todo el cielo...una de las visiones más fantásticas que depara el ocaso a la gente citadina que desconoce el campo.Nuestra novena maravilla pampeana!
Como ella,que venía del campo a la ciudad trayéndonos su espectacular luz,esa genial personalidad que nadie olvida...

Es a ti,Memoria a quien celebro e invoco en este escrito.Porque quiero recuperar la magia de tus días que es la gloria de la Vida.Pues es ahí cuando brilla la realidad bajo tus arcanos que nos restituyen el sentido de lo que late.Y todo lo demás desaparece en un momento que se percibe como perfecto.Casi siempre tiempo después,casi siempre muy tarde.
Y nos percatamos que la felicidad es un bien tangible en la evocación de su magia.Y la energía de la evocación es el sentimiento.
Donde no hay sentimiento,no puede haber lugar para mariposas amarillas y verdes,ni grillos,ni lechuzas agoreras,ni sapos plebeyos ni niños jugando a las escondidas en la alfalfa.Y sin magia,no hay caminos felices ni castillos divertidos ni corazones valientes ni fantasmas queridos regresando para recordarnos cómo recuperarla.


                              

                             En memoria de nuestra querida Analía,compañera de estudios y amiga.
                              




Autora: Analía Amaya

Imagen: Fotografía de la mariposa de la alfalfa tomada de la web;derechos a su autor.

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