como la tarde que se ha quedado sin pàjaros
o esa mirada inerte de la cera
cuando nos finge un corazòn humano.
Es un poema escrito en la arena
que el mar furioso arrebatò a la playa
y se ha quedado la orilla sin las huellas
de las caricias trazadas con la mano.
Es un camino hachado a la selva
la verde sombra rodeò con sus brazos
la noche eterna le encendiò lucièrnagas
el paso de los astros reparò el daño.
Es una hora que temida avanza
el singular evento del encuentro
entre el tiempo perenne y el final del trayecto
un lugar donde nunca es presente
y la visiòn se pierde en el pasado.
Alguna vez la meta fue el cielo
alguna vez la conciencia quedò intacta
alguna vez triunfò el bien sobre la pena
alguna vez salvamos la esperanza.
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