miércoles, 30 de septiembre de 2015

A Cristina

Escupe tu fuego,mujer dragón,
ese fuego que purifica el mundo
Ah,si tan sólo un pelo de tu cabeza
creciera en nosotras
huevos como pelotas
cambiarían este valle de lágrimas
donde sobran fuegos que saben amar
muy tarde y muy mal
tú plantas tu lengua entre rocas
a falta de falos sensatos y amorosos
tras derrumbadas torres de Babel
la siembra de un mal a cosechar
las cadenas de un insondable corazón
saciado con lágrimas y dolor
de pueblos sacrificados en un altar
de falsos dioses y mentes temerarias
forjadas en un mar de cristal
tan duro como indolente
tan arcaico como brutal
tanta razón argüida,
tanta luz consumida
qué dirán las voces esgrimidas
en defensa del verso y de la lira
las viejas voces ahogadas en poesía
las inspiradas musas de la vida
pujando engendros de magos sin varitas
para pasar misivas de paz y de alegría
a un mundo siempre en ruinas
circulares ruinas de un circular naufragio
donde el sentido de todo se abisma
y sólo queda en pie la nada
como un fantasma en huesos
rondando las arenas del tiempo.





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