El frío gris no puede prescindir de los colores.
Como el coleccionista que se atrevió a decir alguna vez que no existía nada más gratificante en su vida que atravesar con un allfiler la nueva mariposa.
Las flores ,como ciertas poesías,me recuerdan a esas mariposas atravesadas por el mismo dolor.Es el contexto el que permanece estático,casi inerte en su circunstancia.Pero esos pocos colores le dan todo el movimiento a la escena.
La vida dentro de baldes,se vende bajo un tinglado de metal para que el contexto siga fluyendo mansamente.
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| Imagen;" Marché aux fleurs à Paris "Paul Renard (France 1871 au 1920) |
Pues a mí me han llamado la atención las luces amarillentas, cálidas, que me producen tranquilidad, relax... me llevan a mundos pasados, a candelas antiguas, caducadas. Me alejan esos resplandores ambarinos de las blancas bombillas de mercurio, los fríos led que son capaces de convertir una catedral o una cantina en un gélido escenario pseudofuturista, irrealmente electrizante. Gracias por tu reflexión y por provocar la mía.
ResponderEliminarMe encantó tu comentario,Jaco.Seguramente el pintor no podía pasarlas por alto,pero al respecto,tratándose de luces,estoy en ese estado donde se han apagado todas,al parecer.Gracias por tu reflexión que hace justicia a la obra.
EliminarLo del estado en el que se han apagado todas las luces... me preocupa. Espero que sea pasajero y sobre todo, superable... Un abrazo.
ResponderEliminarYo también lo espero,Jaco.Son momentos.Gracias,amigo.
EliminarAnalía, perdona, pero te he contestado desde el perfil del taller del instituto, por eso te aparecerá como "Carpe litteram". No me ha dado cuenta. Es un taller de creación literaria que hemos comenzado hace tres días, con un blog propio. Participan alumnos y profesores de todas las edades (hasta profesores jubilados). Ya te contaré los resultados. Espero verte más animada...
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